Los Ojos del Auditorio

- ¿Primer asiento de la primer fila?
- Ocupado.
- ¿Segundo asiento de la cuarta fila?
- Ocupado.
- ¿Anfiteatro?
- Completo.
- ¿Club y Palcos?
- A rebosar
- ¿Todo listo?
- Perfectamente.
- Muchas gracias, buen hombre.

Conversaciones como estas eran muy usuales de ver en aquel antro lúgubre aunque mágico. Yo era el que contestaba a las preguntas. Sin embargo, nadie me preguntaba a mí. ¡No lo entendía! Yo sabía antes que nadie todas las historias de los actores, su vida, sus deseos, aspiraciones, su modestia o prepotencia, los planes secretos de los directores, el afán lucroso de los productores, ¡hasta podía escuchar a las acomodadores! ¿Por qué me tienen tan poco aprecio? Soy el mejor amigo de la gran mayoría de ellos, pero nadie tiene presente que lo soy, y nadie quiere si quiera, darme una triste caricia, o una mera muestra de amor, como les tengo yo a ellos: mis amigos…

- ¡Este teatro es genial!
- Es un auditorio.
- ¡Cuidado, a ver si me va a decir algo, ¿eh?! -levantó la cabeza y gritó- ¡Auditorio, no me castigues!
- No, pero quizá te tenga en cuenta.
- Por ser acomodador, no significa que sea tonto.
- No, en absoluto. Sólo eres un incrédulo que no cree en esto, ¡fuera de mi vista! –exclamó ofendido-.
- Pero, Señor Director, ¿por qué se pone así?
- ¡Lárguese! No tengo porqué escuchar razones que no saben trascender. El teatro no es sólo un par de necios que hacen el ridículo en un escenario.
- Señor… Yo no quería decir eso... Yo también estoy de acuerdo.
- Discúlpame, –dijo tras un momento de silencio incómodo- quizá me haya pasado. De todas formas, no creo que creas en la magia.
- ¿Por qué dice usted eso? –dijo algo descolocado, como si le hubiesen roto un argumento y preguntase para reconstruirlo mientras le contestaban-. Usted habla a menudo de ello, y sé a lo que se refiere cuando habla de la magia.
- No lo sabes. Si lo supieses tendrías presente que el auditorio puede ver lo que está dentro de él mismo. Incluso a ti.
- No sé –dijo conteniendo el escepticismo-. ¿Puedo sentarme en el área técnica ya?
- Anda, ve.

¡No me lo puedo creer! ¡Cuánto tiempo! Hacía mucho que no hablaban de mis ojos.